No puedo ir a la cama sin recordar que tal día como hoy hace 15 años tomaba posesión de las parroquias de Cabranes. Fueron inicios difíciles que con el tiempo fueron cambiándose por años de complicidades, amistades imborrables y experiencias pastorales que me acompañarán siempre.
Y hace 10 años, tal día como hoy, tuve que guiar a los entonces Príncipes de Asturias en la entrega del premio al Pueblo Ejemplar.
Muchas vivencias, muchos recuerdos de familia, amigos, feligreses...
Si siempre he presumido con orgullo de ser Hijo Adoptivo de Cabranes, en esta ocasión no será menos. Y con el recuerdo, también mi oración por todos aquellos a los que enterré, bauticé, confesé, casé... de ellos he aprendido tanto...
Y como dije el día que nos despedimos: pase lo que pase en la vida sacerdotal, mucho he de agradecer a quienes tanto me cuidaron y enseñaron.
Hala, voy pa la cama que mañana suena el despertador bien temprano.
Una salve...y pa la cama.

Estos días no he escrito porque estuve un poco atareado: he tenido visitas y también clases extra con el obispo exarca de Atenas, mons. Manel Nin, un profesor que explica con pasión un tema apasionante... así que entre el tema y el ponente, uno acababa las jornadas con la necesidad de rumiar lo que contaba, dudar sobre lo que yo mismo pensaba, y abrirse a una concepción del mundo oriental mucho más rica y a la vez, mucho más cercana de la que nos imaginamos. Tendremos en breve otra semana intensa con él que espero con auténtica impaciencia.
También he acabado el primer módulo de Arte para el Culto, otro máster que me parece apasionante. Ruberval Monteiro, un monje artista digno de una buena entrevista y gran conversador, es el que lleva la batuta. Mucha información, muchos datos, muchas ilustraciones... y un grupo de clase donde mi amiga Elisenda y otros laicos pintores, artistas plásticos e iconógrafos dan puntos de vista muy distintos , enriqueciendo así las clases.
Como se ve, poco tiempo para escribir, y muchas ganas de silencio para pensar, repensar, proponer...
También han sido días de preocupación por un muy buen amigo: un hombre de Dios al que le está tocando pasar ahora su calvario. Unos pasamos antes, otros después. Pero pasar por el calvario es inevitable si quieres vivir al modo de Cristo.
La forma en la que nos planteamos la vida muchas veces es la de no meternos en problemas, no meter ruido y evitar aquello que provoque un poco de atención. Pero no se puede vivir así. Uno debe pensar y actuar como cree en conciencia, sin molestar -¡cierto!- pero al mal siempre le incomodará el bien; y entre que buscamos el bien y las veces que metemos la pata, es natural que se provoque. 
Cristo no hizo mal a nadie. Solo quiso amar y restañar heridas y soledades. El mal se ha sentido molesto y ha conseguido llevarle a la cruz. Es lo que hay. ¿Hubiese sido mejor que no hubiese predicado, que no hubiese curado, que no hubiese amado haciendo suyas las soledades, los desamores, los huérfanos de quienes se acercaban a él? Tú y yo sabemos que no; que era necesario a pesar de los pesares. Y que a pesar de la cruz, la victoria fue suya y de su amor sincero. Ánimo, amigo: no estás solo. 
Y acabo -por hoy-  con una alegría.
Tras 19 años, he vuelto a dar con una amiga a la que quise muchísimo, pero que por lo que ocurre muchas veces, nuestras vidas se fueron distanciando en kilómetros y en tiempo. Nunca olvidaré cómo me cuidaba una quemadura que tuve en el brazo y que me daba un asco bastante grande. Ella sonreía y no le importaba curar las heridas mientras me daba palique para distraerme. Ayer fue su cumpleaños, le pedí su teléfono a una amiga común (que es la BOMBA) y le mandé la felicitación oportuna. Me alegro de haberlo hecho. Quizás sigamos sin vernos otros 19 años, pero no importa. Por unas horas sentí muy cerca a esos compañeros de san Pablo con los que aprendí tantas y tantas cosas... y eso ya nadie me lo puede quitar.
Vamos a seguir trabajando, así pasa más rápido el tiempo y podemos bajar a misa.

"Parte de tu lucha es fijar los límites de tu propio amor; algo que nunca has hecho. Das lo que la gente te pide, y cuando te piden más, das más, hasta que te sientes exhausto, usado y manipulado."

Henri Nouwen

Hay dos personas en mi vida de las que jamás he podido escribir una línea. Son dos personas de las que he contado cosas, pero nunca he sido capaz de poner en claro lo que ellos, su obra y su amistad son para mi. Uno es don Alfredo y el otro Pepe.
Ya cuando la Fundación Cardín realizó una primera exposición a principios de esta década, intenté pergeñar unas líneas para el periódico, pero por más que lo intenté, no era capaz de expresar lo que quería decir. Rápido salió un artículo de don Agustín, y con él descubrí que el mío no era necesario.

Conocí la obra de Pepe varios años años de conocerle a él. El aula magna del Seminario de Oviedo tenía por entonces un cuadro de san José, patrono de las vocaciones, que presidía el solemne lugar. Era un cuadro de dimensiones generosas, nada ampuloso, y con un rostro de mirada serena en medio de un mar de pelo y mantos. Era un cuadro que entablaba diálogo con quien lo mirase. No era una foto, ni era tampoco una elucubración filosófico-artística vanguardista. No. Aquél era un cuadro directo que miraba a quien lo mirase, creando un clima de encuentro.
Años más tarde, quiso la Providencia que aterrizase yo en Cabranes. Nada he de decir de cuán importante es en mi vida aquel sitio y sus gentes, incluso a día de hoy. Pero lo que menos me podía imaginar es que allí conocería al autor del retrato josefino.
Recuerdo aquella tarde de noviembre. Hacía sol, y Enrique Corripio, director del ECO SEMANAL, se ofreció a presentármelo. Cruzamos la carretera y nos adentramos en una finca-santuario. Esperaba encontrar a aquel artista con su pañuelo en el cuello, la pipa, y una mirada nostálgica tomando un te. Caminamos finca arriba y encontramos a un feliz lugareño segando. Tenía una sudada monumental. Nos acercamos a él. Suponía yo que le preguntaríamos si estaba el señor de la casa. Y tras los saludos de dos buenos vecinos, dice Enrique:"don Gaspar, le presento a Pepe Cuadra."
A partir de ese momento, el mito del artista romántico desaparece. Un pintor sin halo de artista, no es artista. Un compositor que no vacile con sus meta-palabras, no es compositor. ¿No?
Pienso yo que Pepe, con su famosa y eterna sonrisa, notó perfectamente mi sorpresa, y lejos de incomodarse, me brindó una acogida inolvidable.
Y es que si don Alfredo y Pepe comparten algo, es aquello que el doctor Ángel Medina dijo del primero: un antidivismo militante.
Y es que la sencillez de Pepe Cuadra -sencillez, si; no simpleza- esconde un mundo interior que deja prendado a todo aquel que logra atisbarlo. Una mirada distinta, cálida, sin recovecos ni engaños. Una mirada que decide a modo de ostinato, ver lo bello de las cosas, la chispa de cuanto divino se encierra en la naturaleza o en las personas. Una comprensión donde el humor no falta, el respeto es su bandera y la caridad, como manda el evangelio, a penas se percibe.
"Por sus obras los conoceréis". Y es verdad. Quien mire detenidamente un cuadro de Pepe no verá una interpretación subjetiva de las cosas; ni una manipulación de colores, formas o sombras; Pepe no necesita abstraer ni pervertir la realidad para mostrar cuanto de bueno se esconde en lo que pinta. Pepe no necesita más que un poco de papel y "algo que pinte" para contar lo que ve, para transmitir lo que le preocupa o compartir lo que en ese preciso instante siente: la mirada de una madre, la alegría de los niños, la frescura de un paisaje o la noble amistad de los tratantes.
Verle pintar, verle esculpir, es emocionante. No es fácil encontrar hoy artistas que mantengan el ideal estético de la belleza, la bondad y la verdad; que aceptan el mundo tal cual es, las personas con sus defectos... y aun así, pintarlos bellos con sus defectos. Porque la mirada de Pepe es así...
...ver pintar a Pepe es emocionante, si. Porque así veo también yo a Dios. Como ese gran pintor a quien no se le ocultan los pecados, ni las perversiones, ni las infidelidades...pero que ve el mundo con otros ojos; con los ojos de quien sabe poner en primer plano todo lo que hay de bueno, de bello y de verdadero en su Creación. Ojos que denuncian también las injusticias en pequeños cuadernos tintados con dolor, pero sin utilizar el sufrimiento ajeno como sutil vía de auto-propaganda.
El próximo fin de semana le harán un merecidísimo homenaje sus compañeros pintores de Niebla. Todos sabemos de los intentos por hacerle Hijo Adoptivo de Villaviciosa que él mismo suplicó abandonar... pero es que, como dice la Escritura, "si no hablan estos, [Pepe], hablarán las piedras."

Con unas vísperas solemnes hemos iniciado ayer de noche el curso en san Anselmo. La emoción del año pasado se ha vuelto a sentir. La música, con un dom Jordi Piqué espléndido en el acompañamiento y la registración... el abad primado con una mini-homilía que centra todo el trabajo del año de manera clara y una lección inaugural de Piero Marini a modo de testimonio vital. 
La luz, el ambiente de la cena, los saludos y los abrazos con los compañeros... si; san Anselmo es un lugar muy especial.
Hoy comenzaron las clases como siempre. Sin perder tiempo y con un buen número de lecturas para la semana. Ha estado muy bien.
Pero con el inicio del curso, me han regalado un libro. Es un testimonio de un gran maestro espiritual. Estoy seguro que el monje que me lo regaló no se imagina el bien que me ha hecho. Es como si justo fuese lo que mejor me viene en este momento: simplemente genial.
Y para rematar, hoy me he enterado que la Iglesia nacional de Roma se interesó por mi como maestro de capilla. Lástima que otros decidiesen por mi...